Por Oscar Contreras
El senador Waldo Fernández cree que al tener una cierta experiencia como legislador eso lo convierte en un experto para opinar sobre el ejercicio de gobierno, lo cual es muy diferente a lo que hace y, por cierto, de manera muy deficiente.
Ahora sale con que los grupos políticos en Nuevo León se pusieron de acuerdo para aumentar el predial y esto afectará a los ciudadanos sin saber que es todo lo contrario y por lo se ve desconoce todo sobre el impuesto predial
Así que le informamos al senador que El Impuesto Predial es una contribución que los ciudadanos por ley están obligados a pagar, pero en este caso es el impuesto que más subsidios y descuentos tiene autorizados por la Ley de Hacienda para los municipios (Cabildos) de Nuevo León.
Se establece que los Cabildos apoyarán con tarifas especiales, pagos mínimos o dispensas de pago a colonias en condición de pobreza extrema, personas de grupos vulnerables (mujeres, adultos mayores, personas con discapacidad) y colonias en proceso de regularización, entre otros casos especiales.
De esta manera, la ley protege a los más pobres y vulnerables de Nuevo León, pero si el senador Waldo Fernández no lo sabe, siendo un experimentado legislador, ahora entendemos que no más habla por hablar y no sabe lo que dice.
Pero también debe saber que las actualizaciones de valores catastrales no responden a una política recaudatoria ni tampoco es un atentado al bolsillo de los ciudadanos, es un acto de responsabilidad política y social con los ciudadanos y su patrimonio, pero también con el crecimiento, el bienestar y los servicios que la ciudadanía demanda.
Con los recursos que se obtienen del Impuesto Predial, único ingreso diario del que disponen las finanzas municipales, se cumple con las obligaciones constitucionales de alumbrado, recolección de basura y seguridad, que deben los municipios ofrecerles a los ciudadanos.
Pero bueno, la ignorancia que refleja el senador Waldo Fernández al exponer su idea sobre la importancia que tiene Impuesto Predial es una vergüenza, denota su falta de conocimiento sobre el ejercicio de gobierno y la administración pública, y a hasta cierto punto se entiende, porque lo único que sabe es hablar, hablar, hablar y sin sentido.
Lo peor del caso es que se dice aspirante al gobierno estatal y cree, como otros, que sólo haciendo viajes al extranjero se gobierna cuando aquí lo que se requiere son legisladores que se pongan la camiseta del estado y busquen más recursos federales para solucionar los problemas de seguridad, vialidad, el agua y ahora los problemas del aire, pero se va a Canadá creyendo que allá están las soluciones de Nuevo León y eso no es así..